Andarín silvestre

Tus pobres recuerdos enmarcados

congelados en instantáneas de alcaldadas

que ni entiendo, ni te patrocinan el gasto

de calentar las llamas de tus candelas.

Despojada tu sonrisa de encantos,

y de otras gracias que maquillan su vergüenza,

vulgar se tornan a mis olfatos telegráficos

visados en las oficinas de mi gabinete de ofensiva.

Desvalido tu llanto de randa callejera

in fraganti detenida, por travesuras cometidas,

no hace temblar ni un segundo mi pulso.

Frívola fue tu pose de mujer amada

no busques nada de este andarín silvestre

que nada te debo y nada me llevo.

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«Mudanzas»

Hoy es un día de mudanzas

de viajes y permutas,

un día de abrir puertas

a un mañana de esperanzas.

Hoy es un día de mudanzas

para emigrar de mi cosmos

a un mundo que me ampara

con los brazos amorosos.

Hoy es un día de mudanzas,

un día de astrónomos

explorando las galaxias.

Hoy es un día de mudanzas

un día de hacer maletas

para un viaje que no asusta.

Poema 4 (Estados del alma)

La noche es mi residencia terrenal, es la sonrisa perdida,

la noche, esa noche de ese día en aquel sitio en esa hora.

Mi noche de noches, de susurrantes frases trémulas,

júbilos festivos de una luna distante, pálida, fría…

 

La noche de ese día, silencio, palabras, risas, caricias

hoy no hay nada en la sombra que quite mi alegría.

Tú, yo, la noche y el tiempo que no corre

despacio, lento, que no se acabe el momento, saborea

disfruta de la noche, de mi risa, del encuentro.

 

Dos en un instante y uno al siguiente.

 

Se fue la sombra, volvió, volvió,

volvió, volvió, volvió, volvió.

 

Volvió el día, la noche que se yo.