Resuenan en el aire las frías notas
de un instrumento que nadie toca
que entona una triste copla.
Mi alma clama por salir a flote
rezumando por mi piel cristalinas gotas
que apenas al tocar el aire se evaporan.
Me hace caer en un extraño sueño
el palpitar convulso que siento
al percibir mis sentidos un suspiro ajeno.
Al amanecer los rayos del sol
derretirán los hielos que congelan mi pecho
para que mis ojos se llenen otra vez de gotas.
Mañana al despertar de mi letargo
tu serás el bálsamo calmante
con el que sanar mis cicatrices.