III (Ansia Voraz Capítulo Confesiones)

Resuenan en el aire las frías notas

de un instrumento que nadie toca

que entona una triste copla.

 

Mi alma clama por salir a flote

rezumando por mi piel cristalinas gotas

que apenas al tocar el aire se evaporan.

 

Me hace caer en un extraño sueño

el palpitar convulso que siento

al percibir mis sentidos un suspiro ajeno.

 

Al amanecer los rayos del sol

derretirán los hielos que congelan mi pecho

para que mis ojos se llenen otra vez de gotas.

 

Mañana al despertar de mi letargo

tu serás el bálsamo calmante

con el que sanar mis cicatrices.

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