No me busques…

 

Lúgubre pasar de mi tiempo, nubes de algodón en mis orejas, ya no escucho más quejas.

He agotado mis fuerzas en satisfacer ovejas, que pacen de mi paciencia y alimentan mi hastía indiferencia. Loco en mis ideas, que se alejan del pesado plomo que arrastro en mis cadenas. Loco, muy loco, por amarte hasta mis últimas fuerzas, ¿De qué sirvió mi amor? ¿Acaso gane el cielo? Solo lágrimas y penas, y ahora ya me ido y me buscas…

Pues no me busques que me encontrarás guerrero, me encontrarás dolido y mis palabras serán puñales certeros, serán la maza que resquebraje el hielo de tu alma.

Muchas veces en silencio he rezado al dios del trueno, “¡Lánzame los todos!”

Y no me escuchaba, y en eso se parecía a ti, no me escuchabas… Y ahora que ya no necesito tu aliento para mover mis huesos, yo se que me buscas, pues no me busques que me encontraras y mis reproches te parecerán el vendaval que derribe tus ramas de Sauce… Y pensar por un instante que di por ti mi alma y mi alegría, por apuntalar tu mundo, como Atlas castigado, pues he roto las cadenas que me ataban a tu mundo,  y se que me buscas, pues no me busques…

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Harto estoy

Harto estoy de las sandeces del día de ayer, de las del otro y el otro, harto de las bajadas de calzones y las subidas de impuestos…

De la portera y sus diretes, del político y los suyos, de las novias de América y los enchufes trifásicos a la red pública española…

Del cartógrafo que dibujo el mapa del mundo, y se le ocurrió pintar fronteras, y al  primero que dijo esta tierra es mía…

Harto de aguantar las listas, y las riñas y las guerras, de las disputas y los chulos que las alientan, harto de la globalización…

De esos que usan el poder para forrar su sayo y desnudar el patrio.

Harto de la economía sostenible, empobrece a muchos y sostiene a varios…

También de la raza inhumana, y de la caza furtiva, de la pesca masiva y de la ley de costas, harto de la clasificación de la deuda…

De la bolsa de valores y de la cotización de vergüenzas, de las corridas de toros y de las castas políticas…

De un vecino que se avecina y de otro que se me arrima y de otro que no me habla y de otro que no se calla, y del que no me paga…

Harto de las sedes sociales de los partidos políticos, de los empresarios que confunden crisis con oportunidad y empleo con limosna…

También de la justicia (la lenta y la podrida), de la prensa (la vendida y sumisa), de la política (la interesada y corrupta)…

De los porteros de discoteca, harto de la OTAN, de la ONU (con veto), de la COE, del FROP, del PP, PSOE, CIU, PNV, SICAV…

También del que inventó el dinero, del salvaje que mató al sentido común, al que secuestró la decencia, al que encarceló la libertad…

Harto de la liga de las estrellas, y de las personas que se quejan y no ven lo mal que están los que les rodean…

Harto del mequetrefe de mi jefe y del hijo de su madre del tuyo, harto de la guerra de las galaxias (la red de misiles que nos protege…)

También del único premio nobel de la paz con varias guerras abiertas, con mas misiles que conciencia y que nos pide esfuerzos…

De la hipocresía del mundo, de la desfachatez de Urdangarin, del canon digital, de la mismísima SGAE, y de la subvención…

Harto de la nuevas cortes de los Zares de este siglo (ya sabéis como acabaron las del veinte y mucho antes, la parisina)…

Harto de los insolidarios, de los que ven caer al prójimo y les vacían el bolsillo, de los que te miran por encima del hombro…

También harto de los que dicen que la juventud está caduca, solo piensa en beber y divertirse, que se hagan mirar la memoria…

Harto de la especulación, de los poderes que se atreven a pedirnos esfuerzos, y luego se gastan el dinero en blindar su empleo…

Harto de soñar con el futuro, me despido hasta mañana…

Carpe Diem

Quema los segundos del día

saboreando cada minuto,

mientras los días vuelan locos

en un calendario roto.

Mientras queden segundos que vivir

aprovecha el momento

es absurdo medir

un tiempo ya remoto.

Deja que las horas vuelen

y vive al margen del tiempo

que los buenos momentos no vuelven.

El tiempo ese gran enemigo

difícil de vencer

Carpe Diem te digo.

Eres el faro que me guía entre la niebla

Lugares lejanos cruzándose en mi camino, abriendo mi mente al horizonte

horizonte inalcanzable, equidistante un punto, equidistante otro, y otro, y otro…

mi proceso de cambio no tiene retorno, es una mutación consciente, es un andar devoto

trazadme una línea tenue que no se desvíe un ápice, y trazaré un arco capaz de ángulo infinito.

¿Alcanzar el horizonte? Ingenua pretensión de las almas inocentes…

¡Lo dudo, lo rechazo, me niego!

Las elevadas metas no frustran mi ánimo,

abordar los grandes problemas hace ínfimos los restantes.

En mi camino hacia lo grande iré resolviendo lo mediano, lo pequeño sin desviar mis pasos,

sin detener la inercia que ha alcanzado mi vacilante paso, que se acelera cada día vertiginoso.