Lugares lejanos cruzándose en mi camino, abriendo mi mente al horizonte
horizonte inalcanzable, equidistante un punto, equidistante otro, y otro, y otro…
mi proceso de cambio no tiene retorno, es una mutación consciente, es un andar devoto
trazadme una línea tenue que no se desvíe un ápice, y trazaré un arco capaz de ángulo infinito.
¿Alcanzar el horizonte? Ingenua pretensión de las almas inocentes…
¡Lo dudo, lo rechazo, me niego!
Las elevadas metas no frustran mi ánimo,
abordar los grandes problemas hace ínfimos los restantes.
En mi camino hacia lo grande iré resolviendo lo mediano, lo pequeño sin desviar mis pasos,
sin detener la inercia que ha alcanzado mi vacilante paso, que se acelera cada día vertiginoso.