Y se acaba la ira, y vosotros insensatos
callad vuestras pistolas,
parad vuestras bombas.
Sabed que cuando asesináis, matáis al pueblo,
las ideas que defendéis,
callad vuestras pistolas,
parad vuestras bombas.
Dejad que los niños jueguen en la calle,
que ese anciano descanse en el parque,
parad esta locura insensata.
Yo os pido que calléis vuestras armas, que calléis vuestras bombas.
Parad esta locura borracha de odio,
dejad por un momento vuestro papel de Rey Midas,
que convierte en desolación y odio todo lo que toca
¡Callad vuestras pistolas!
¡Parad vuestras bombas!
¡No a ninguna guerra, no a ningún asesinato,…!