En sintonía con mi silencio,
una voz me habló en mis sueños
sueños borrachos de noches quietas (locas),
la voz dulce y diáfana, desnudó mi sonrisa,
acaricio mis deseos nacidos en mis adentros.
Goteo tras goteo, mesurado de mi calma,
goteo tras goteo condensado de mi alma
la voz tan dulce de tu boca,
esparció tu esencia empapando las sábanas.
El silbido ronco de mi ser yaciente
ahogo ridículo, mi estado ausente.