Se rompió
esparciendo astillas
quebrada quedará hasta el fin de sus días,
se rompió
carcomida en su médula
no volverá nunca a sonreír mi niña,
se rompió
y así rasgada
en una esquina seguirá vencida.
Se rompió, se rompió en mil pedazos
tras un hachazo desmesurado.
Y rota, tan rota y rajada en sus últimas fibras
ni un soplo de aire revivirá sus pálpitos.
No volverán nunca a brotar sus llantos
en el centro de sus desdichas,
pignoradas al dolor de un beso,
ardiente y mordaz hasta las últimas .
Rota, tan rota como un roto, muy roto guiñapo
sus últimas fuerzas las dedicará a su fuga,
planeada mil noches de encierro,
estudiada milímetro a milímetro.
PD: La esencia de una vida desenfadada y sincera recorre cada una de las líneas de este poema, al compás de cada rima, uno de mis latidos expira para que otro renazca..